El límite entre el dolor y el placer muchas veces se confunde y más aún cuando hablamos de cuestiones de sexo. ¿No crees?
¿A quién no le gusta que le secuestren?
¿Y un polvo salvaje?
O muy, muy salvaje.
Como nos recuerda a Mazinger Z: ¡Puños fuera!
Aunque en su justa medida puede tener su punto. ¿No?
Eso sí, no os paseis apretando, que luego pasa lo que pasa…
¡Doloooooooooooooooor!!!!!!
Si es que en el fondo somos como «titeres» en las manos de nuestra pareja.